El último apagó la luz
Si para Estados Unidos Afganistán es la última derrota de su última guerra imperial, para los europeos es una catástrofe en sordina
Todo va mal en Afganistán. Regresan aquellos fantasmas históricos que expulsaron a todos los invasores y amargaron los últimos días de los regímenes títere por ellos instalados. El más antiguo y acreditado, hasta convertirse en concepto geopolítico, es el Gran Juego, la rivalidad entre Rusia y el imperio británico por dominar este vientre blando de Asia, de imposible control por las potencias extranjeras desde tiempos milenarios. Los más recientes bien podrían llamarse Saigón y Phnom Penh, las espinas clavadas en la historia de Estados Unidos, derrotada en Vietnam y Camboya.